Lorenzo Santolino (Sherco) arranca este 1 de enero su cuarta participación en el rally Dakar convertido por mérito propio en uno de los referentes de la carrera y con el complicado reto de mejorar el excelente sexto puesto de la última edición, cuando fue el mejor piloto español en la clasificación final. El salmantino llega a Arabia Saudí con moto nueva y una preparación condicionada otra vez por la pandemia mundial, pero con el objetivo de consolidar lo hecho no sólo en 2021 sino en sus dos anteriores participaciones.
De entrada, Santolino ha pasado la primera prueba de fuego del Dakar: la del Covid. El salmantino, como el resto, tenía que someterse a dos pruebas PCR antes de ser admitido y en ambas dio negativo: una antes de partir y otra ya en Arabia Saudí, donde algunos pilotos se han visto con la desagradable sorpresa de un positivo que les dejaba sin carrera. Para asegurarse, Santolino se aisló desde el día 20 de diciembre reduciendo al mínimo sus interacciones para evitar un susto.
Ya en Arabia, el salmantino ha dedicado estos días a los trámites previos a la carrera, como la verificación de licencia, documentación y equipo completo y las verificaciones de la propia moto. Esta es una de las novedades de este año para Santolino, que estrena una nueva versión de la Sherco 450 Rally que se ha estado evolucionando este año. Además, se ha hecho una foto histórica, la del primer Mundial de Rallys, en el que es piloto fijo, una especie de MotoGP del desierto.
La moto es más estrecha, cambia la aerodinámica y el reparto de los pesos, por ejemplo, en el caso de los depósitos de gasolina. Además, evoluciona en motor en busca de fiabilidad conservando las prestaciones y también en suspensiones, donde ya el año pasado se dio un gran paso. La nueva montura es del agrado del salmantino: se parece más a una moto de enduro y es más manejable. Su aspecto es excelente como se puede ver en las fotos que ha distribuido el equipo. Lástima que no se ha podido probar mucho: el Covid obligó a suspender un último test y quizás lo único que le falta al salmantino este año son más kilómetros de desierto, aunque va a tener de sobra en la carrera.
La nueva Sherco será su arma para enfrentarse a la tercera edición del Dakar en Arabia Saudí. Le esperan más de 8.000 kilómetros, 4.600 de especiales cronometradas en 13 etapas, con muchos cambios con respecto a los dos últimos años. La organización ha buscado nuevos territorios, mantendrá una buena dosis de arena y pistas y volverá a complicar la navegación. El rally volverá a ser duro desde el comienzo. Este día 1 de enero se celebra el podio de salida y la prólogo, que no será meramente testimonial; son sólo 19 kilómetros, pero hay nada menos que 595 de enlace que hay que hacer en moto y los diez primeros de la parte cronometrada elegirán puesto de salida. Primera decisión de estrategia y, con trascendencia, porque la segunda etapa ya es la maratón, en la que se enlazan casi mil kilómetros en dos días sin asistencia mecánica.
El objetivo para Santolino es consolidar lo hecho en los tres últimos años. No sólo la sexta plaza final de 2021, que es difícil de mejorar, sino el ritmo de pilotaje y la solidez de navegación demostradas para estar entre los pilotos que tienen algo que decir en el Dakar. Una carrera planteada día a día determinará si se puede soñar con el podio, pero para eso faltan dos semanas de la carrera más dura del mundo.